8 oct 2012

VIGILIA DE ORACIÓN DOMUND 2012





CLARISAS FRANCISCANAS VIGILIA DE ORACIÓN DOMUND 2012 
De mano de las Clarisas Franciscanas de General Ricardos de Madrid hemos dado inicio al mes misionero. Por la mañana celebramos la Eucaristía recordando el camino de la infancia espiritual y la vocación misionera de Teresa de Lisieux: “Amar a Jesús y hacerle amar” núcleo de toda su espiritualidad.
Vigilia Misionera
Por la tarde nos hemos dado cita alrededor de 100 personas de diversas parroquias de la Vicaría VI: Nuestra Señora de África, la Purificación de Ntra. Señora, la Epifanía del Señor, San Vicente de Paúl, San Miguel Arcángel, las Carmelitas de la Caridad de Vedruna, las Hijas de la Iglesia entre otros. Nos unimos una vez más a la oración de vísperas preparada previamente por el Consejo Diocesano de Misiones y dirigida por Sor Lourdes y su comunidad de Clarisas Franciscanas. La salmodia cantada nos ha permitido
entrar en sintonía de oración en el oasis que representa la vida contemplativa en una ciudad como Madrid y que en medio del bullicio de los coches hace presente al absoluto que es Dios para nosotros. Todo por las misiones, los misioneros y las misioneras que anuncian a Cristo más allá de nuestras fronteras.
Un vídeo de actualidad
Después de las vísperas se vio el vídeo del Domund, este año tiene como título Misioneros de la Fe, y nos permite redescubrir el rostro del misionero; el cual, ciertamente echa una mano en dónde hay necesidad, pero no deja de decir que lo hace precisamente impulsado por su amor a Cristo y deseo de imitarle y que por ello deja su propia tierra para ir más allá a compartir su fe con otros pueblos y culturas.
Una adoración intensa al Señor
El silencio que nos dejó el vídeo nos ha permitido entrar en amistad con quien sabemos nos ama y sostiene a misioneros y misioneras. Ha sido un momento muy bonito acompañado por cantos animados por algunos jóvenes de la parroquia de San Miguel Arcángel de Carbanchel. Especial densidad en la adoración aportó el fragmento de Historia de un alma en el que santa Teresa del Niño Jesús descubre su vocación en la Iglesia: “Entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo de amor. Entendí que sólo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia… Entonces, llena de alegría desbordante, exclamé: ¡Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi vocación es el amor… En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor”. (Manuscrito B 3v)
Gratitud recíproca
Al final pudimos agradecernos mutuamente la presencia y oración por los misioneros. Con gran fineza las Clarisas Franciscanas nos han abierto su fraterna solicitud a todos y pudimos despedirnos con inmenso gozo mezclado con un aumento de amor y admiración por las misiones. Los misioneros y las misioneras han estado muy presentes en nuestros pensamientos y lo estarán durante todo este mes misionero y Año de la fe que iniciará dentro de poco.

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