18 oct 2013

MES MISIONERO - 18 OCTUBRE

18 DE OCTUBRE, San Lucas

ORACIÓN

Quiero seguirte, Señor.
A pesar de las incomprensiones de los demás.
A pesar de mis momentos débiles.
A pesar de mis horas de cansancio.
Quiero ser dichoso con los que te siguen con corazón sencillo:
            con los pobres que tienen necesidad de ti.
            con los que sufren en su caminar por la vida.

            con los que trabajan por implantar la justicia.
            con los de corazón puro.
            con los que llevan consigo la paz y la transmiten.

Señor, hago opción por la alternativa cristiana.
Opto por desterrar de mí la hipocresía, la ostentación, el lujo...
Opto por tener un corazón abierto para dar y recibir perdón.
Opto por atesorar en el Cielo, gastando mi vida por los demás en la tierra.

Haz de mí una persona valiente.
Haz de mí una persona decidida a no dejar rincones oscuros de mi vida ajenos a tu Palabra.
He decidido no volver la mirada atrás.
Porque es la tentación de quien cree que ya hizo bastante.
Porque es el pecado del que pudo hacer y no hizo.
Ayúdame, Señor, a ser fiel a mi opción por ti.

EVANGELIO DE LA FIESTA (Lucas 10,1-9)

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz en esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el Reino de Dios.""

TESTIMONIO MISIONERO - OTRA NAVIDAD
EN EL AÑO DE LA GRAN SEQUÍA

En el año 1973 hubo una gran sequía en el Sahel. Una tarde, estaba yo solo en la misión de Tugán (Malí), limpiaba mi bici para ir a visitar a unos enfermos, cuando veo que se acerca a mí tímidamente un pastor fulani. Tiraba de la cuerda de un borriquillo, sobre cuyos magros lomos iba montada una mujer joven en avanzado estado de gestación. Como casi todos los fulani, ellos eran musulmanes.
Tras los saludos, medio en francés, medio em bámbara (la lengua oficial del Malí), pues él ignoraba el samo de Tugán y yo ignoraba el fufuldé (lengua de los fulani o peul), me explicó que había perdido todo su ganado y que iba con su mujer buscando trabajo.
Me dio pena aquella joven pareja y les mostré un cuarto para alojarse. Le dije al pastor que podía quedarse allí algún tiempo y que le daríamos trabajo. Como estaba cerca la fiesta de Navidad, lo integramos en el equipo que hacía la limpieza general de la iglesia y sus alrededores. De esta forma le íbamos pagando al final de cada jornada, para que pudiera comprar en el mercado lo necesario.
Así llegó el 24 de diciembre. Tras la misa del Gallo, el pastor fulani vino a nuestro encuentro, su mujer empezaba a dar a luz. La hermana enfermera y una catequista ayudaron en el parto. Nació un niño y nosotros, sin ponernos de acuerdo, exclamamos un sonoro: “El handul-lilah! A barka Allah! (¡Alabado sea Dios! ¡Gracias a Dios!). La alegría fue general. Su padre emocionado nos dijo que se llamaría “Isa” <Jesús en árabe>. Daba la coincidencia que el pastor fulani se llamaba Yusuf <José en árabe> y su esposa Mariamma <María>. ¡Menuda Nochebuena! ¡Qué regalo de Dios!
Los que estaban con nosotros corrieron la voz al regresar a sus barrios…
El 25, después de la Misa del Alba, la llamada misa de los Pastores, al salir de la iglesia, muchos se dirigieron a felicitar a los padres del niño Isa, le llevaban algunos pobres presentes: pañales y alimentos. La alegría era general. Dios había visitado a su pueblo. Estábamos viviendo una auténtica Navidad.
Allí teníamos a Yusuf, a su esposa, Mariamma y al niño Isa…Dos mil años han pasado desde la primera navidad, pero Dios es el Enmanuel y por eso ha visitado a su pueblo.
Aquí termina mi relato. Los magos no vinieron con sus camellos, tampoco hubo Herodes en nuestra historia, pero TODOS vimos brillar la ESTRELLA.

(Antonio Molina, misionero de África)

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