Por
hacer posible el cambio del mundo con el DOMUND, ¡gracias!
Si te ha tocado el corazón leer una noticia
sobre la misión y la has compartido con tus amigos…
Si la vida te agobia con sus dificultades y
contratiempos, pero al menos por un día los has olvidado para pensar en los
problemas de otros que viven en las misiones…
Si la jubilación apenas te llega para comprar medicinas,
pero has pensado en los que no tienen ni siquiera agua…
Si estás enfermo y has tenido la valentía y la
generosidad de ofrecer tus sufrimientos como una oración que se eleva al cielo
por los misioneros…
Si te has ofrecido en la parroquia para animar
el día del Domund…
Si el ejemplo de los misioneros te motiva para
imitar su entrega…
Si en tu oración te has abierto a las
necesidades de la Iglesia universal y no te has encerrado en tu grupo…
Si… Si de mil formas posibles, el día del
Domund ha producido en ti un cambio, por pequeño que sea, has hecho posible un
cambio real en el mundo.
Gracias, amigo, por tu ayuda personal,
espiritual y económica en la Jornada Mundial de las Misiones.
Ahora, recuerda que los misioneros están cada
día del año al pie del cañón. No los abandones. Todo el año es Domund y tu
colaboración sigue siendo necesaria.
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