Todos
tenemos un sueño; todos tenemos sueños a veces imposibles, pero que nos
hacen ser más felices y nos mueven a luchar por algo que pensamos que
nos va a hacer mejores. Cuanto más niños, más vuela nuestra imaginación…
¿Por
qué Dios no va a tener sueños para nuestro mundo? ¿Por qué no va a
soñar que aquello que Él mismo creó puede llegar a ser un lugar donde se
viva en un ambiente de mayor fraternidad, respeto y caridad? Sí, Dios
tiene un bonito sueño sobre este mundo y, en especial, sobre sus
criaturas más queridas, los seres humanos.
[...] El próximo 12 de mayo, domingo del Buen Pastor (IV de Pascua), la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, junto con la Jornada de Vocaciones Nativas.
Y ¿qué es la vocación para un joven, sino el sueño de Dios sobre su
vida y su ser? Cada joven, cada persona es alguien pensado, amado y
elegido por un Dios que decidió crearnos y mirarnos con cariño. Pero,
además, el Señor tiene un plan para cada uno, un proyecto de vida, ¡un
sueño! Un sueño precioso que se inscribe en otro aún mayor: el que se
abre a nuestro mundo, en el cual nos pone Dios para que ese sueño suyo
de construir algo bello y grande se haga realidad.
No es extraño,
pues, que quienes organizamos esta doble Jornada vocacional hayamos
acogido con agradecimiento la invitación del Papa a los jóvenes en
Panamá: decir “sí” al sueño de Dios para cada uno de
nosotros, sus hijos. [...]
Esta
Jornada está convocada por cuatro instituciones, responsables y
convencidas de la importancia de nuestra respuesta al sueño de Dios. La Conferencia Episcopal Española,
a través de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades, nos
hace conscientes de la trascendencia de que los jóvenes descubran la
belleza de una vida entregada al Señor en el ministerio sacerdotal, como
un servicio para llevar la vida de Dios a los hombres a través de los
sacramentos y de la predicación de la Palabra.
La Conferencia Española de Religiosos,
mediante su área de Pastoral Juvenil Vocacional, muestra la importancia
de la vida consagrada en nuestra sociedad; la importancia de que muchos
jóvenes, chicos y chicas, abran el corazón a la llamada de Dios a
hacerle presente a través de una vida dedicada a Él y a “sus cosas”: a
la oración, a los más pobres, a la formación y atención de los niños, a
los mayores, a los discapacitados…
La Conferencia Española de Institutos Seculares
nos recuerda que los seglares en su vida ordinaria están llamados a
entregar el corazón y la vida por el Señor; porque, permaneciendo dentro
del mundo, con una actitud de compromiso apostólico atento a los
valores de las realidades terrenas que han de ser imbuidas del espíritu
evangélico, consagran su vida a Dios y a la Iglesia.
Y Obras Misionales Pontificias,
por medio de la Obra de San Pedro Apóstol, nos hace ver que, para que
un territorio deje de ser “territorio de misión”, tienen que surgir
vocaciones propias que puedan atender las necesidades de las comunidades
cristianas de aquellas tierras; y que debemos colaborar con nuestra
oración, para que broten esas vocaciones nativas, y con nuestra ayuda
económica, para que puedan formarse y fortalecerse.
Hemos
trabajado juntos por hacer posible que esta Jornada sea una realidad en
nuestra sociedad, hemos constatado que la comunión está también en el
sueño de Dios, y a este sueño… ¡hemos dicho que sí!
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